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Venga, vamos a romanizar Galicia un poco

Venga, vamos a romanizar Galicia un poco

En Xinzo de Limia son famosas las patatas, el carnaval y los romanos, no necesariamente por este orden. Es un lugar donde la Historia se convirtió en leyenda, la leyenda en mito, y el mito en fiesta . ¿Y si el progreso fuera eso y nada más? Un romano diciendo graciñas, apagando un cigarro y dejando la cerveza vacía en la mesa.—Venga, vamos a romanizar un poco.—Venga, no todo va a ser cachondeo– dice otro, empujando al grupo.Vayamos por partes. Estamos en el año 137 a.C. El general romano Décimo Junio Bruto , conquistador de Galicia, acaba de encontrarse con el río Limia , que entorpece su paso. Debe cruzarlo para continuar con su campaña, pero sus tropas, aterrorizadas, se niegan a avanzar. Creen, por lo que sea, que han llegado al Leteo, el río del olvido, y que todo aquel que se sumerja en sus aguas perderá la memoria y estará condenado a vagar amnésico por la Tierra, sin recuerdos de su familia, de sus amigos, de su patria. Sin poder siquiera verbalizar su dolor, pues olvidará hasta su lengua.Noticia Relacionada la españa bizarra (III) estandar Si En un agujero en el suelo rezaba un templario Bruno Pardo Porto En Titulcia se unen los masones, los templarios y el revuelto de morcillaTito Livio y FragaTito Livio no estuvo allí, pero lo contó: Décimo Junio Bruto, enfadado, le arrebató al estandarte al soldado que lo portaba, cruzó el río y, desde la otra orilla, fue llamando a cada uno de sus hombres por su nombre y enumerando las batallas que habían compartido, convenciéndolos así de que no había peligro . Un poco como cuando Fraga se bañó en Palomares . No inventamos nada. Y quién sabe si aquello no fue un homenaje.Hoy el río da más miedo por su cromatismo que por la profundidad: son aguas verdes, casi estancadas , donde las ranas son felices y hay que ser valiente para meterse, aunque solo cubra hasta las rodillas. Un joven vestido de centurión se acerca y dice: — Nos vamos a quedar estériles .—Como se caiga alguien no sale vivo.Es el tercer domingo de agosto , un día despejado, con un sol alegre de veinticinco grados y en Xinzo de Limia la vida se concentra en un pequeño campamento levantado en siete días en el parque del Toural . Allí conviven romanos y galaicos, conquistadores y conquistados, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y viejos compartiendo mesa y cantando canciones en una lengua más vulgar que el latín , pero quizá más divertida. De arriba a abajo y de izquierda a derecha, Todas las peñas montan sus instalaciones, algunas con nevera. No se repara en gastos para vestuario, hasta mil euros. La charanga Achicoria ameniza AcibeiroFiesta del olvidoEstán celebrando la Fiesta del Olvido (Festa do Esquecemento), una recreación de la romanización de Galicia , que tiene como suceso clave el cruce del río Limia por parte de Décimo Junio Bruto y sus hombres. Pero antes… Cada peña monta sus instalaciones. Algunos tienen hasta nevera, en una licencia histórica que mejora considerablemente el sabor de la cerveza. Los Stellarum , por ejemplo, han colocado un sofá chester. Los Praetorians tocan un pasodoble. También están los Lacretae, Vatinias, Flaminivs, Sanctus Gladys… Dicen que en total participan unas ochocientas personas (ochocientas vestimentas). Y en ese cruce de gentes pasan cosas. —Yo me voy a ir a África.—A África no, bro.—Que sí.Después, otros dos adolescentes se persiguen tirándose agua como si el agua quemara. Y quién sabe. Un hombre se acerca a la barra cojeando.—¿Pero qué hiciste?—...—Bueno, dónde meterías la pierna…La pregunta queda sin respuesta, y en ese terreno del misterio crecen los mitos. En menos de cinco minutos ya hay un concierto montado. Y en menos de veinte un hombre estará oficiando una boda en latín . «Ese es Pepe Ortas, el mejor recreador de España», comentan, con admiración, entre los curiosos. Ortas viste una túnica color vino y con las manos mirando al cielo invoca a los antepasados de la familia para que asistan a la unión de Pepe y Luisa, que se dicen el uno al otro: «Ubi tu Gaius ego Gaia» y «Ubi tu Gaia ego Gaius». —¿Qué significa?—Que donde tú estés yo siempre estaré. —Ah, ¡eso no!– grita Pepe, mientras Luisa lo mira con cara de yo pienso lo ídem.La boda se despacha en diez minutos, y empieza la siguiente, con una eficiencia digna de Las Vegas , y puede que con más seriedad. Las bengalas rojas le dan un toque atávico al asunto. Hay una charanga que se llama Achicoria. «¡Que se besen, que se besen, que se besen!». No se puede ser sublime todo el rato, tampoco romano. Marcos Argibay es presidente de la Asociación Civitas Limicorum, responsables del sarao. —Esto es algo que vas viendo desde pequeño, los desfiles romanos, las trompetas, las marchas, la batalla. Cómo no te va a gustar… Y claro, no tardas en querer participar. Aquí en Xinzo nos encantan las fiestas. Tenemos el carnaval más largo de Europa . Y esta es la fiesta más grande de la comarca en verano. Es lo nuestro. Estamos dispuestos siempre a todo. Aquí hay mucho trabajo, meses de ensayo. Y el año que viene celebramos ya nuestras bodas de plata. —Por cierto, ¿sale caro vestir de romano?—Ahora mismo llevo más de mil euros encima: espada, escudo, casco, armadura… Es mucho dinero. Aunque desde la asociación enseñamos a los chavales a hacerse su propio traje. Pero yo diría que aquí prima más el espíritu castrexo. Ese espíritu, por lo que sea, tiene algo de 'Braveheart', como si el norte fuera todo lo mismo y lo demás fodechincho . A las cinco de la tarde ya hay un runrún de que hay que irse, que toca ponerse en marcha, y ya la gente se agolpa en los márgenes del río para ver el espectáculo , que es como el cine pero en directo. Por los altavoces una mujer nos pone en situación. «Estamos en tierras desconocidas, en las tierras de las tribus galaicas bravas y terroríficas», grita un soldado, siendo completamente fiel a lo sucedido hace dos mil años. Suena un trueno de música peplum, y ya un centenar de romanos discuten con Décimo Junio Bruto. Van microfonados. Unos vocalizan mejor que otros.El cielo está limpio, azulísimo, y cuesta imaginar «el fluir mágico del Leteo», la «niebla que esconde susurros» y ese miedo legendario a estar en el infierno . Pero alguien acciona un botón y de pronto huele a pólvora y se hace el humo. Dan ganas de llamar a Ridley Scott . «Estos solo pretenden engañarnos. Roma invicta est», grita el general romano, mientras baja al río y apoyado en su estandarte cruza sus aguas, que le dan por la rodilla. «El infierno solo está en vuestros corazones». La gente aplaude la gesta a rabiar.—¿Pero se van a meter todos ahí?—Sí.—Ah. Ay. La procesión es digna de un dios antiguo. Cruzan los hombres armados y calzados con sus sandalias, temerosos no tanto de olvidar como de resbalar. Uno de los veteranos cayó a plomo y recibió más fango que cualquier presidente del Gobierno en ejercicio. Un joven hizo un ejercicio de equilibrismo con su tambor en la cabeza. Iba en chanclas. La batallaDesde la distancia, podía verse aquello más como un rito de paso que como una recreación. Como si al otro lado la vida fuera distinta, y los jóvenes fueran un poco más adultos, y los adultos un poco más jóvenes. Ya terminado el cruce, tocaba la batalla entre invasores e invadidos, y ahí ya era difícil ver algo porque ya todo el pueblo rodeaba el escenario. Los galaicos se parecían cada vez más a William Walace , y llevaban pieles encima aunque era agosto, y aunque perdían lo hacían con una épica digna de recuerdo, aunque todo esto vaya del olvido. ¿Y no es bello cerrar la vacación con esta historia? A fin de cuentas, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?Las carreteras para volver a trabajar.

Publicado el 27-08-2024 06:09

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