La terna que hizo el paseíllo en la primera de Colmenar dormirá dolorida de las palizas recibidas, pero con la tranquilidad de haberse entregado. En una tarde muy ventosa y con una corrida noble pero floja en su primera parte, y brusca e incierta en su segunda, de Buenavista, los tres toreros madrileños que trenzaron el paseíllo en Colmenar estuvieron por encima de sus lotes, sufriendo volteretas y puntazos. De no haber sido por la espada, habrían salido a hombros. A porta gayola se fue Miguel de Pablo a recibir al primero. Toda una declaración de intenciones en su tierra, en el año que conmemora su décimo aniversario de alternativa. Y aplaudido fue su gesto, al igual que protestado el de Buenavista, al que los pitones no correspondían, en tamaño, con el cuerpo. No ayudaban tampoco los defectos que fue mostrando durante la lidia: no se empleó en el caballo, salía suelto de los capotes, y corrió hacia toriles tras el segundo par. Más que embestir, se defendía el animal en la muleta, y Miguel de Pablo logró sacar muletazos limpios, pese al molesto viento, aunque la colocación, sobre todo al natural, no fue la mejor, tal vez por esa falta de fijeza del toro. Terminó la faena el colmenareño por ceñidas manoletinas, y dejó una estocada tendida y desprendidilla, suficiente para que el toro doblara y pudiera cortar el primer trofeo de la tarde.De nuevo fue a toriles a recibir De Pablo al cuarto. El torito tenía ganas de ir, pero sin mucho empuje, y así transcurrieron los dos primeros tercios. Comenzó por alto el torero local, tras brindar a sus paisanos. El toro tenía una embestida un tanto incierta, lo que, unido al viento, hizo que se llevara a Miguel de Pablo por delante, prendiéndole por el tobillo derecho. Sin chaquetilla y con evidentes gestos de cojera, volvió a la cara del toro, dejando una buena serie de derechazos. El público le pedía que entrara en la enfermería, pero en el ruedo continuó toreando al natural, desplante final incluido. Dejó una estocada arriba que requirió de dos descabellos, mas no impidieron que Miguel cortara otra oreja. Con la puerta grande asegurada, ahora sí, entró en la enfermería.Noticia Relacionada estandar Si Emotiva despedida en Bilbao de Enrique Ponce, un padrino histórico Rosario PérezLos gritos de «¡toro, toro!» se hicieron más intensos cuando quitaba Ángel Sánchez por tafalleras al segundo. Picado en la paletilla, el de Buenavista evidenció no estar sobrado de fuerzas los primeros tercios. Pero el madrileño lo vio claro desde el principio: comenzó por bajo sin obligarle, dibujó un bonito trincherazo y, dejándole la muleta siempre en la cara, logró ligar buenas series de derechazos profundos, imprimiéndoles mucho temple, que ayudó a que respondiera, para bien, este Funcionario, en un primer momento, aunque ahí se quedó. El toro echó la persiana, y entonces recurrió Sánchez al arrimón, propinándole, el ya parado animal, una voltereta de la que se repuso sin mirarse. Lástima el mal manejo de la espada, que le impidió tocar pelo, aunque hubo petición.Parado de salida fue el quinto. Esperaba en banderillas, donde expuso mucho Manuel Larios en el tercer par. Poquito recorrido mostró en el inicio de muleta, y se fue orientando a medida que continuaba la labor. Juntando todos los defectos, es imposible sacar nada lucido. Ángel estuvo voluntarioso y exponiendo, pero poco más había. Se tiró bien a matar, pero la espada cayó muy tendida.El tercero bis, también de Buenavista -el abantito titular se lastimó, al dar una vuelta de campana nada más encontrar el capote de Francisco de Manuel -, mostró poca clase de salida. Voluntarioso, intentó De Manuel recibirlo con verónicas de mano baja y dejarle en el caballo, galleando por chicuelinas; mas nada terminó de salir lucido, por la condición del animal, que derribó la cabalgadura. Logró quitar finalmente por chicuelinas, saliendo el toro distraído de los lances. Tras el segundo tercio, que fue rápido y eficaz, brindó Francisco a su compañero Ángel Sánchez, y se puso de hinojos en el tercio. Un bonito pase del desdén dejó mientras intentaba sacarse a Minucioso a los medios para quitarle el defecto de mirar a tablas, pero el viento lo hizo casi imposible. Valiente, haciendo que el toro -que no humillaba- no viera más que muleta, y muy por encima de su oponente, especialmente al natural, estuvo el torero, que dejó una gran estocada en el hoyo de las agujas. Ya sólo eso valía la oreja...Feria de la Virgen de los Remedios Plaza de toros de Colmenar Viejo (Madrid). Sábado, 24 de agosto de 2024. 1/3 de entrada. Toros de Buenavista. Miguel de Pablo, de blanco y oro. Estocada desprendidilla y tendida (oreja). Estocada y dos descabellos (oreja). Ángel Sánchez, Pinchazo, estocada caída y un descabello (vuelta tras petición). Estocada entera tendida (ovación). Francisco de Manuel, Estocada arriba (oreja y petición). Dos pinchazos y estocada (ovación).El sexto se entretuvo en destrozar las tablas del 5 de salida. Con una bonita media de rodillas abrochó De Manuel el saludo capotero. El toro tenía cierto trote cochiquero que hizo que fuera muy protestado, pero fue bien bregado por Diego Ramón Jiménez, y excelentemente banderilleado por Juan Carlos Rey. Fran de Manuel se fue a los medios a brindar este Napolitano a los tendidos, y de rodillas se puso ahí mismo, aunque tuvo que ir acercándose ante la tardanza del animal, que casi se lo lleva por delante, ya que hizo el cambiado por la espalda en el último segundo. Violento se puso el toro ahí, prendiendo al torero cuando ya estaba erguido. Un buchito de agua, otro poco en el cuello, y aquí no ha pasado nada, pareció decir el madrileño, que cogió la diestra, mostrando su toreo poderoso. Pero el toro no pasaba, o si lo hacía iba al bulto más que al engaño, y siempre con intención de rajarse. Tuvo que finalizar la faena en tablas, con torería por bajo. Lástima el mal uso de la tizona, porque tenía en su mano la puerta grande que (ya antes) se había ganado.