Me voy de vacaciones, vuelvo de vacaciones y todo sigue igual. El día de la marmota en cuanto a discusiones inanes, polémicas absurdas o ya revisitadas por enésima vez. Nada nuevo bajo el sol, ni bajo la luna, ni en el horizonte más inmediato. De poco vale afirmar con orgullo postvacacional que uno se ha pasado el mes de agosto en posición horizontal leyendo sin parar si luego se pasea alguien por delante de sus narices y, sin mayor criterio que el de llamar la atención y sembrar una polémica que yo creía ya superada, le da un manotazo al tomo que tiene entre manos y le desbarata esa pose tan falsa como impostada de gafapasta profesional.Suscribo la crítica a la pedantería de ciertas élites que se sientan en la poltrona y miran desde el palco de la autoridad para repartir dogmaResulta que, ahora, recién estrenado el mes de septiembre, a un colega del gremio periodístico, aplaudido y reprendido a partes iguales por los palmeros de las redes sociales, le ha dado por 'descubrirnos' que los/las culturetas no están de moda y que aburren hasta a las ovejas, sobre todo a las más jóvenes del rebaño. ¡Menuda 'boutade'! ¿Y esto no ha sido así siempre? Pregunta retórica, cuya respuesta no es otra que sí. No me digan o me vengan con que han tenido que llegar las ultranuevas generaciones digitales, cuya inteligencia artificial (IA) roza el percentil de los superdotados (eso creen), para dar el golpecito en la espalda y sacar del concurso de baile a los culturetas de toda la vida. Por lo que a mí respecta, siempre y cuando se asocie el concepto cultureta con un ser que da la 'chapa', machaca nuestras neuronas con lecciones magistrales, suscribo la crítica a la pedantería de ciertas élites que se sientan en la poltrona y miran desde el palco de la autoridad para repartir dogma. Parto de la base de que la cultura no es aburrida y que hablar o escribir sobre lo que en ella acontece puede resultar fascinantePero, claro, yo parto de la base de que la cultura no es aburrida y que hablar o escribir –darle a los 'likes' y 'dislikes' en las redes sociales de quienes ahora sientan cátedra – sobre lo que en ella acontece puede resultar fascinante. Como siempre, quienes aburren son aquellos que pontifican, y en esto de pontificar no hay edades ni distinciones generacionales.
Publicado el 05-09-2024 12:26
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